El signo y la señal










Mientras el lenguaje utiliza un sistema recursivo de signos para expresar su mundo interno, externo, real y metafísico; los animales emplean un universo limitado de señales inarticuladas que comunican un estado emocional provocado por la necesidad de satisfacer imposiciones biológicas inmediatas, como el hambre  la reproducción, etc.

Todos los animales en todas las escalas biológicas tienen el sistema de comunicación montado sobre las mismas estructuras; para su materialización utilizan el olfato, la danza, sonidos con los cuales se comunican a través de mensajes unívocos, precisos, no ambiguos, monosematicos.

Este determinismo referencial, vertical, regido por señales, propio de los animales, también lo encontramos en el mundo humano en las ordenes militares, en las señales de transito, en el manejo de maquinas, en el lenguaje cibernetico. Allí no hay comunicación, hay una verticalidad con relación a la cual solo se puede reaccionar de una sola manera y en la establecida en el código de la señal emitida.

De ahí que las señales no son signos, puesto que estos últimos son construcciones culturales, convencionales, sometidos a un vaivén del sentido, admiten la transacción del mismo y exigen un aprendizaje por parte de los usuarios. Entendido así las cosas, puede asegurarse que el universo signico humano es fundamentalmente simbólico y el del animal es exclusivamente de señales naturales.            


No hay comentarios:

Publicar un comentario